A continuación tienes una historia dividida en tres partes. Las tres partes están desordenadas. Léelas atentamente y ordénalas de manera que la historia tenga sentido:
Comprueba que has ordenado correctamente las tres partes en este enlace.
Ahora contesta verdadero (V) o falso (F) a las siguientes preguntas:
Y el sastre escupió en el suelo,
justamente delante del gigante. "Madre mía, qué atrevido -pensó el
gigante-. Como le pillen..." A continuación, el sastre manchó el cristal
con su sucia mano. "Huy, huy, huy -pensó el gigante-. Yo no me hubiera
atrevido. Este es mas valiente que la policía". Entonces, el sastre sacó
un cigarrillo del bolsillo, lo encendió y echó el humo directamente a la cara
del gigante.
El gigante empezó a toser, miró
de reojo al sastre y se encogió de hombros. "En fin -pensó-. Que no le
pase nada. Hace falta tener mucho valor para cometer tantas infracciones a la
vez. Le pueden caer tranquilamente tres meses de cárcel". ¿Y que más hizo
el sastre? Pues, en lugar de apagar la colilla del cigarro, se la metió al
gigante en el bolsillo izquierdo de arriba de la chaqueta, donde se suele
llevar un pañuelo de adorno.
En seguida empezó a arder y a
echar humo y a oler mal y, por si fuera poco, el sastre se puso a molestar al
gigante: - ¡Eh, oiga usted!-dijo-¡Esto es el colmo! ¡Anda por ahí echando humo
y apestando! ¡Me pienso quejar, ya lo creo que sí! El gigante, a pesar de ser
un gigante fuerte, era también un poco ingenuo; así es que pensó: "Si se
comporta así, no será un vulgar pelagatos." Y tenía ganas de librarse del
sastre. En esto llegó el revisor. Como el sastre no llevaba billete, el revisor
lo echó. Entonces, el gigante se alegró y vio por la ventanilla cómo el fresco
del sastre corría detrás del tranvía.
Érase una vez un sastre débil
como un gusano y, al mismo tiempo, muy fanfarrón. En todas partes se daba
pisto, se jactaba de su fuerza y decía que les podía a todos. Una vez, yendo en
el tranvía, vio a un gigante sentado. Era un gigante gordo y fuerte, con
músculos como repollos y una cabeza como un barril de cerveza. El trasero le
ocupaba tres asientos.
"Ahora verá" -pensó el
sastre, colocándose a su lado. En el tranvía todo estaba prohibido; por todas
partes colgaban letreros que decían:
- Prohibido escupir en el suelo.
- Prohibido ensuciar los
cristales.
- Prohibido fumar.
- Prohibido molestar a los
pasajeros.
Imagen de DisneyWiki |
- El gigante ocupaba cinco asientos.
- El sastre era muy fanfarrón.
- El sastre tenía músculos como repollos.
- En el tranvia estaba prohibido ensuciar los cristales
- El sastre escupió en el suelo.
- El gigante se fumó un cigarrillo.
- El gigante no llevaba billete.
- El revisor echó al sastre del tranvía.
Finalmente, ¿crees que el sastre actuó de manera inteligente? ¿por qué?
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Webgrafía:
Rinconmaestro.es (sin fecha). El gigante y el sastre. Recuperado el 23 de noviembre de 2014 de: http://www.rinconmaestro.es/lengua/actividades/actividades479.pdf